Tras el dictamen curator de: “Yo no pienso, yo estoy muerto”, el transversal creador visual Raúl propone una denuncia, no solo un estado espiritual, mental y físico sino una dinámica impostergable en la toma de consciencia, cuya condición inflexiva empuja al crecimiento y un beber del lado oscuro; poniendo en suspenso la función intelectual, superada por la binaria de la supervivencia, en contraposición al síndrome crucial de nuestra modernidad postrera del control y el serialismo.(...)
Toda su obra hoy, nos habla de aprender a estar “más allá del bien y del mal” (de manera no adversativa); umbral donde los ininteligibles argumentos casi siempre carecen de sentido;(...) Hablo de cómo Raúl crea una metodología para la distorsión, una senda musculada y estoica para la “auto-salvación”, por generar instrumentos de análisis, como vehículo de percepción y desciframiento. Sus trabajos son sentencias, el puñetazo de un “koans” irredento e inclemente para mentes adocenadas, -hubo otros tiempos para esas licencias, y aquellos polvos trajeron estos lodos-; ahora son tiempos de actos, la poesía es/en un acto. Un arma poderosa en manos del “guerrero”, cuya gasolina incendiaria e “indignada” pasea delante del fósforo, aliento Molotov con la urgencia épica y sin mitificación que tan consecutivamente se nos usurpa, se nos roba, haciéndonos sociedades cada vez más infantiles y domésticas… Raúl nos habla de la voz en medio de la devastación y el desastre (...)
Un acting-out por excelencia, colmo de la disociación del cuerpo, bajo los imperativos didácticos de la crueldad. Otra cartografía del Mundo, de la extrañeza que se hunde por un lado en lo nanométrico y por otro hacia las estrellas, una supresión del misterio donde la vida resiste a duras penas, la letal disyuntiva a ser encapsulada (ver su obra tanto “The last supper” como “The last shock”) un estado listo para el consumo, en dosis de prescripción facultativa, otra dimensión t(r)opológica que aún nuestros sentidos desacostumbrados a la velocidad, la intermitencia, la permanente cultura del feedback y la interferencia, ya ni asumen, ni comprenden(...)
Adrián Rodríguez Morales – AdriáNomada.
(Doctor en Estética de la Universidad de la Sorbonne en Paris)